La Perla es uno de esos actos necesarios en el amplio universo musical colombiano. Siendo un esfuerzo liderado por mujeres, el conjunto lleva varios años recogiendo el folclor nacional, la música de tambora y los relatos y temáticas de la música del Caribe para introducirlos en una discusión contemporánea que respeta la esencia de su principal fuente de estudio. En la tradición de cantadoras como Nelda Piña, Petrona Martínez o Totó la Momposina, La Perla propone un regreso a la raíz casi intacto, permitiéndose licencias poéticas que provienen de la música contemporánea, rescatando y permitiendo que el folclor que rescata viva una nueva vida en las urbes de la Colombia actual, una patria convulsa que olvidó en gran medida sobre qué hueco se murieron los abuelos, de qué árbol cortamos las maderas para nuestras gaitas. Una antífona caribeña empapa las melodías de La Perla, mientras que el tambor es el principal protagonista del ritmo. Con una mezcla de bullerengue, cumbia, merengue dominicano, gaita y champeta criolla, la música de estas joyas musicales se consolidó con el EP Prendan la bulla y, desde entonces, no han parado de producir música emocionante, de esa que nos conmueve el corazón y el ánimo.
Sin embargo, la música de La Perla siempre tiene un componente social explícito que, en voces de sus integrantes, comparte un mensaje pertinente y urgente para la cultura y la sociedad colombiana. “Guayabo” no es la excepción, levantando un grito furioso al cielo en conmemoración y promesa de no olvido de las vidas de líderes sociales y agentes nacionales que han caído por su implicación en la lucha de construir un país mejor. Es un canto de dolor que refleja el hartazgo que nos genera la violencia, la injusticia y la impunidad. Guayabo, usualmente asociado al estado de intoxicación y cansancio del cuerpo después del exceso de alcohol o drogas, refleja otro tipo de incomodidad: el habitar un cuerpo en una sociedad que desaparece identidades en fosas comunes, cubriendo los ojos de los muertos con tierra seca para condenarlos al olvido. Así mismo, la canción obra como una invitación para recordar que las luchas sociales siguen vigentes, que no podemos olvidar a los líderes asesinados ni permitir que sus palabras se las lleve el viento del miedo.
Daniel Michel fue el encargado de la grabación y la mezcla en el estudio Mambo Negro Records, en Bogotá, mientras que Steven Berson de Total Sonic Media fue el responsable de la masterización. Sobre una base rítmica de percusión africana, La Perla extiende su pregón sobre la furia que se vive en la calle por la violencia sistemática sobre los cuerpos de los más débiles. “La calle está que arde, la gente está caliente, la casa se nos cae: mirémonos de frente”. Después, sobre un rap, se invita al presidente a que se vaya de la Casa de Nariño pues es tácita su incapacidad para resolver la crisis social que vive el país, además de que no ha expresado una política concreta para resolver las varias crisis ambientales que azotan nuestra geografía patria. En “Guayabo” La Perla construye un relato que invita a que nos cuidemos juntos y que pensemos qué país le quedará a quienes nos sobrevivan. Como siempre, este trío nos demuestra que es una de las apuestas sobre el folclor más vigentes del país. No olvidemos nunca. Escuchen aquí “Guayabo”.
Escuchen "Guayabo" de La Perla en nuestra playlist "Luna y montaña: voces femeninas".
Escuchen "Guayabo" de La Perla en nuestra playlist "Cuarenta canciones para quedarse en casa"
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