“Todo se olvida” es una de las composiciones más interesantes de Arrabalero. La canción llegó luego de ese virtuoso Sudoku que presentó la banda hace un par de años y con un videoclip emocionante luego de su tremenda presentación en Estéreo Picnic. La composición ahora recibe un tratamiento minimalista y activo de Santiago Navas, quien acaba de presentar un EP maravilloso con La Muchacha, de Manizales. Es una visión nueva y tecnológica en la que lo sintético y lo orgánico colindan para crear un nuevo valor sobre una composición delicada y hermosa. La voz de Luisa Quiroga recibe un tratamiento introspectivo e hipnótico que le da una ansiedad claustrofóbica al sencillo. Este remix aparece en el marco de una tanda de colaboraciones que se irán publicando a lo largo del año que le abren campo al proyecto sobre nuevas facetas para seguir evolucionando.
Compuesta por Juan Sebastián Aguilar a principios de 2018 e intervenida con la improvisación del resto de la banda con énfasis en la letra de Luisa Quiroga, “Todo se olvida” mostraba una cara más potente de Arrabalero, en la que el contraste entre el éxtasis y la calma era más evidente. Si Sudoku como álbum presentaba ambas caras de la música de Arrabalero en una división estética transversal al disco, este corte reconciliaba estos dos extremos en un universo musical en el que la banda abrazaba una dualidad inherente a la esencia humana, que lo mismo es capaz de los sentimientos más puros como de los más viscerales y explosivos. “Todo se olvida” era una canción que invita a mantenerse en movimiento hacia adelante, navegando por la atmósfera creada con armónicos y slides de la guitarra como una suerte de catarsis, un viaje de limpieza. Guiados por la voz de Quiroga como una sirena lejana en una tempestad sónica, la banda naufragaba y se sobreponía sobre una melodía explosiva que nos llevaba de la risa al llanto en transiciones elegantes y emotivas.
“El remix fue trabajado en su totalidad en Ableton Live”, explica Navas sobre este nuevo remix. “Para ello me apoyo siempre de algunos equipos controladores que tengo en mi estudio y de un sintetizador Novation BassStation con el que grabo sutiles refuerzos para las frecuencias graves. Para elaborar el remix lo primero siempre es encontrar un sonido con el que uno se sienta representado dentro de las texturas y ambientes que propone el tema original. Para ello fue clave escuchar y analizar varias veces el tema y entender su forma y contenido para decidir cuales cosas conservar y cómo transformarlas. De la forma quise rescatar el discurso que lleva el tema, la acumulación de elementos y la característica modulación que lleva al final. También quise conservar el tempo de la canción ya que creo que es una forma muy sutil de conservar el groove que lleva cada capa sonora. He descubierto en los remixes un área de la producción y de composición muy interesante, que lo obliga a uno a salirse de su zona de confort, encontrado su propio estilo dentro del sonido de los otros”, concluye.
Antes este año Arrabalero presentó “No me quiero doler” junto a Carlos Rizzi, quien también trabajó el remix de “Tierra” en agosto. Es un momento de experimentación electrónica para una banda que ha construido una delicada propuesta de valor desde una instrumentalización intrépida y delicada. Así, Arrabalero continúa explorando las posibilidades de música desde la distancia, ahora que Quiroga y Aguilar adelantan estudios en el viejo continente. El remix de Santiago Navas llega en un momento fértil para la banda, que continuamente está explorando, experimentando y jugando con el sonido. Escúchenlo aquí.
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