El más reciente álbum de Robert Ascroft, Echo Still Remains, reúne un diverso grupo de artistas invitados y curaduría vocal única. Lanzado el 14 de febrero a través de Hand Drawn Dracula, el disco estaba inicialmente previsto para el 31 de enero, pero su estreno fue aplazado debido a las complicaciones provocadas por los incendios en Los Ángeles.
Luego de la destacada colaboración con Christopher Owens en "Should've Stayed In Bed", Ascroft celebró el lanzamiento del álbum con el estreno del video de "Dorian Gray", junto a Oya Cogan. El video, dirigido por el propio Ascroft, está disponible en YouTube.
El sonido de Echo Still Remains alcanza una riqueza y dinamismo únicos gracias a la participación del ingeniero de audio ganador del Grammy Ted Young (Rolling Stones, Kurt Vile, Sonic Youth), la mezcla de Larry Crane (Elliott Smith, The Shins, She & Him), la producción adicional de Manny Nieto (Kim Deal, The Breeders) y la masterización de Josh Bonati (Mac DeMarco, Wild Nothing, Slowdive).
Echo Still Remains trasciende los límites tradicionales de la música, sumergiendo a los oyentes en un mundo sonoro construido desde la imaginación de Ascroft. Cada tema se despliega como una escena en una narrativa cinematográfica, con melodías y letras que evocan introspección y asombro. Acompañado de una serie de videos estilizados que expanden su universo visual, el álbum se erige como una obra multifacética que invita a la inmersión sensorial.
Entre los artistas invitados se encuentran Britta Phillips (Luna, Dean & Britta), Tess Parks, Ruth Radelet (Chromatics), Kid Congo Powers (The Cramps, Gun Club), Guy Blakeslee (The Entrance Band) y Zumi Rosow (Black Lips).
Conocido por su trabajo como fotógrafo, Ascroft emergió en los años 2000 colaborando con figuras de los premios Oscar, Grammy, Tony y Emmy, capturando a artistas como Cate Blanchett, Ryan Gosling, The Killers, Mark Ronson y A$AP Rocky. Su capacidad para plasmar la esencia de sus sujetos con profundidad y emotividad ha redefinido la fotografía contemporánea. Como músico, Ascroft combina su formación en guitarra clásica con una sensibilidad cinematográfica, tejiendo composiciones meticulosas y una narrativa sonora evocadora.
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