Niño Pueblo es uno de esos proyectos extraños y fascinantes del panorama musical colombiano que dan ganas de hincarle el diente a la música independiente. Apostándole a cortes largos en el que la música se transmuta y cambia como la niebla sobre las sabanas heladas, el proyecto liderado por Diego Manrique ha logrado un nicho importante en la movida alternativa local, construyendo canciones de fina factura que se dibujan y desdibujan como arcanos arabescos sobre el cristal helado de lluvia. Con un elenco de músicos de primera línea y siempre acompañados de nuevos artistas, la música de Niño Pueblo es un esfuerzo coral de oníricas dimensiones, creando imágenes imposibles en los que el sonido obra como vehículo experimental para suscitar emociones poderosas. La banda publicó su primer álbum, La estancia, en 2018 Con María Mónica Gutiérrez (Ságan, Suricato, Montañera) en la voz, presentando canciones que se convierten en poemas llenos de vida que, como mariposas de colores, se escapan de nuestras manos una vez intentamos asirlas definitivamente. Después de volver al estudio en septiembre de 2019, la banda ha empezado la promoción de su segundo álbum, que llevará por nombre A cuero limpio.
A inicios de febrero la banda presentó el primer sencillo de esta nueva etapa, “Vivo así”, con una adición importante al ensamble dinámico: Nicolás Samper ─Primo Vega de la Tromba Bacalao─ a dueto con María Mónica Gutiérrez. A mediados de este mes la banda presentó su segundo sencillo, que bautiza el álbum, con elementos que vienen de la cumbia, el porro, el fandango y las grandes orquestas tropicales de mediados del siglo pasado. Cada una de las nueve partes del ensamble sobresale con la virtuosa interpretación de su instrumento, sobre los arreglos de Manrique que, en esta ocasión, a diferencia del disco pasado, se apoyó en Samper para la composición lírica del álbum. La posibilidad de contar con una pareja le permitió a la banda idear un álbum temático que gira en torno al amor y al desamor de esta pareja, llevada al extremo histriónico por dos cantautores radicalmente opuestos, pero con una química en estudio dinámica y explosiva, lo que convierte cada corte en una pieza musical fascinante.
“A cuero limpio”, que cerrará el álbum al que da nombre, narra una discusión de pareja hacia el final de la relación, ese momento incómodo en que se dicen las cosas sin tapujos, sin pelos en la lengua y sin posibilidad de enmienda: a cuero limpio. Irónicamente, esta fue la canción primera que compusieron Manrique y Samper, la que permitió que se gestara la dinámica musical entre ambos cantantes, al ser evidente la fuerza interpretativa de cada uno al interpretar la canción. Los arreglos de Sebastián López enriquecen la fuerza de la discusión y sirven como pretexto para perder la cordura en medio de argumentos y contraargumentos. La canción tiene un aire tropical porque Manrique estaba interesado en explorar el sonido de las grandes orquestas, a la manera de Pacho Galán y Lucho Bermúdez, en esta nueva producción, expandiendo el sonido que había presentado en su anterior disco. La fuerza de Niño Pueblo es uno de los secretos mejor guardados de la música nacional, pero ya es hora de que salga del nicho: esta música es necesaria para todos. Escuchen aquí “A cuero limpio” y convénzanse de que nueve cabezas piensan mejor que una.
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