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Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Micorriza Soundsystem , tejido sinestésico

Actualizado: 10 dic


Micorriza Soundsystem se gestó en uno de los momentos más inciertos de la historia reciente, la pandemia de 2020. Durante ese tiempo, el encierro obligatorio no sólo llevó a sus integrantes a un aislamiento físico, sino que también abrió espacio para la introspección y la reflexión artística. Juan Manzano, uno de los miembros fundadores, explica que el contacto constante con la naturaleza durante el aislamiento fue crucial para el nacimiento del proyecto: “Valentina [Blandó] y yo teníamos la fortuna de vivir en el campo, lo que hizo que el contacto constante con un entorno exuberante lleno de vida nos permitiera conectar de una manera directa y genuina”.


Este contexto los llevó a descubrir la importancia simbólica de las micorrizas, cuya colaboración entre hongos y plantas les inspiró a reflexionar sobre la necesidad de la cooperación humana: “Fue inevitable reflexionar acerca de la importancia y alcance que tienen nuestras acciones y lo fundamental que es la colaboración para la subsistencia como especie”, agrega Manzano. Sumando en la guitarra a Camilo Bustos, este proyecto empezó a germinar en silencio bajo las sombras húmedas de un bosque tupido y misterioso.


Selectores, hongos y tradiciones


El nombre del proyecto también juega con la idea de un "soundsystem" aludiendo a la cultura musical jamaiquina del reggae, ska y dub, aunque con una reinterpretación propia. Manzano, en ese sentido, describe su visión como una extensión de esa tradición: “Somos un grupo de ‘selectores’ que ponemos a dialogar nuestras ideas para co-crear, sin jerarquías, diversos”. Este enfoque horizontal y colaborativo está profundamente arraigado en el concepto del proyecto, donde cada integrante contribuye desde sus propias influencias. Añade Manzano: “El ‘equipo de sonido’ somos nosotros: batería, guitarra, secuencias y voces que se mezclan para hacer sonar lo que nos inspira”.



La pandemia fue, además, un catalizador temático para las primeras composiciones del grupo. Bustos señala que, aunque el nombre “Micorriza” está arraigado en el orden natural, “el impacto del contexto social y personal fue la temática principal de nuestros primeros lanzamientos”. Esto no sólo refleja el peso del momento histórico, sino también su voluntad de trabajar en comunidad: “Nuestros encuentros para crear nuevas canciones se dieron en un ambiente más natural, lo cual nos hacía reflexionar constantemente sobre el concepto y todo lo que significa”, añade.


Así las cosas, en medio de una convulsa situación social y política, en la que la gramática de la tragedia se amplificó en simultáneo por todas las orillas mediáticas, la banda encontró que la interconexión podía ser también útil para abandonar la propagación del miedo y ofrecer un mensaje de solidaridad, empatía y respeto. En un momento en que nos imponen la necesidad de tener una identidad propia, que es absolutamente idéntica a la de todos los demás, el proyecto artístico pretende, antes bien, proponer un discurso de juntanza y celebración. Se celebra al individuo, es cierto, pero se hace esto precisamente al reconocer qué características de su unicidad pueden servir al grupo que es, en realidad, una extensión inconmensurable de la primera persona del plural.


Simbiosis e interdisciplinareidad


La simbiosis es un concepto central en el proyecto, tanto en su filosofía como en su práctica creativa. Blandó describe cómo esta idea trasciende las influencias individuales para convertirse en una fuerza colectiva: “Nuestras creaciones no son individuales, son siempre colectivas. Creemos que nuestras ideas se pueden alimentar siempre por las ideas del otro”. Esta colaboración no solo se manifiesta en el proceso de composición, sino también en el sonido del grupo, que la música define como “un mestizaje latino del que somos fruto”. Así, las influencias incluyen géneros tan diversos como el reggae, el trip hop, el afrobeat, los cantos chamánicos y el rap, lo que resulta en una propuesta musical que “no es posible definir fácilmente”. Y que no es necesario hacerlo.


El concepto de simbiosis también está vinculado a la interdisciplinariedad que caracteriza la puesta en escena del grupo. Blandó, quien tiene una trayectoria de casi 20 años en el teatro, explica que “la interdisciplinariedad viene de una mera necesidad artística. Concebimos la música como una extensión del color, el movimiento, el sabor y la textura”. Este enfoque permite que el proyecto dialogue con diversas expresiones artísticas, desde la danza hasta el vestuario, ampliando el impacto de su propuesta escénica. Como Blandó comenta, “si no fuera tan compleja la producción en términos presupuestales, haríamos aún más”. Su pasada presentación en el marco de Rock al Parque 2024 ofrece una mirada más extensa a este prisma conceptual de lenguajes en la identidad de la banda.



El segundo EP de la banda, titulado Las Huacas, refuerza esta visión multidimensional. Manzano explica que el título, lejos de tener una connotación negativa, busca “darle valor a nuestras creaciones, que son tesoros para nosotros desde el momento de la idea inicial hasta que decidimos compartirlas con el mundo”. Este enfoque revela un profundo respeto por el proceso creativo, donde cada canción es tratada como una pieza sagrada. A diferencia de la práctica extractivista que puso en alerta a las entidades patrimoniales de nuestro país, Micorriza pareciera propender por devolver esta dimensión sagrada del arte a la canción, enterrándola en la tierra para germine vestida de nuevos colores.

Lo único en la era de lo repetible


A pesar de los desafíos inherentes a la distribución digital, el grupo ha encontrado formas de preservar su identidad interdisciplinaria en los álbumes que han lanzado en plataformas. Bustos subraya que “cada palabra, cada estrofa, cada sonido se crean con cuidado, lo que permite que trasciendan más allá del flujo volátil del consumo”. Además, han colaborado con artistas visuales que interpretan su música en imágenes simbólicas, creando una experiencia que invita a la apropiación personal. Como concluye Bustos, “En los EP Vestigios y Las Huacas podemos encontrar la participación de varios artistas que a través de sus propias visiones, encuentran inspiración, trascendencia y concreción de un sonido en imágenes. [Son] imágenes simbólicas que invitan a una propia interpretación, tanto para nosotros como para quien nos ve y nos escucha. No lo pensamos como una estrategia sino como una forma de atracción, ya que en la propia interpretación hay apropiación”.


Micorriza Soundsystem se erige como un ejemplo de cómo el arte puede ser una plataforma para explorar las conexiones entre la naturaleza, la humanidad y la creatividad. Con una filosofía basada en la colaboración y la diversidad, el proyecto no sólo refleja las complejidades del mundo contemporáneo, sino que también ofrece una visión esperanzadora de lo que es posible cuando las diferencias se convierten en una fuente de fortaleza colectiva. Por eso, no es extraño que apenas empezaran a tocar sus canciones en la lluviosa edición pasada de Rock al Parque, el sol asomó su eterno rostro de fuego para compartir junto a los asistentes danzas y canciones.



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