En el seno de las canciones de Marta Rivera confluyen dos elementos esenciales: el amor por los viajes de cada uno de sus integrantes y el anhelo de reencontrarse con las historias de la tía Marta, Cada uno de los músicos que conforma este proyecto afianzado en Bogotá ha viajado por el mundo, cruzado montañas, mojado los pies en ríos poco frondosos perdidos en medio de bosques melancólicos y místicos. Ahora que se han reunido para recordar las historias de la tía Marta, aquellas perdidas en la memoria sepia de la infancia y de los días felices, la banda prepara su primer álbum de estudio. El proyecto ha estado dando vueltas por Bogotá previa la situación pandémica y, desde abril, ha empezado a presentar los cortes de Pasatiempo, un álbum de once cortes del que nos mostraron solo uno de sus rostros con “Fronteras”, un corte nacido de una visita a México de la líder Bibiana Rojas. Ahora, Marta Rivera cuenta una nueva historia en “Gatos”.
Con una delicada melodía de pop melancólico en las guitarras, “Gatos” es una fotografía del recuerdo, un retrato de un espacio vacío en el que alguien antes ocupaba un espacio importante de nuestras vidas. La canción va creciendo sobre bases armónicas y una batería acompasada que aparece entre los ecos brumosos de la segunda voz y, aunque algunas veces parezca juguetona y esperanzadora, las frías melodías de la guitarra nos oponen de lleno frente a la fantasía, al hecho de que la historia que nos contábamos para reconfortarnos era una ficción hueca de la que somos los únicos culpables. Los gatos son una personificación del ser amado, una criatura guiada por sus propios caprichos que nos obliga a alimentarlos, a jugar con ellos y llaman nuestra atención con sus hocicos de peludos ronroneos familiares. Son criaturas caprichosas los recuerdos: se esconden en cada esquina para herirnos con zarpas afiladas o se pasean entre nuestras piernas con la promesa de calor y confort.
Con “Gatos” Marta Rivera construye un universo de recuerdos y ensoñaciones cargado de una peculiar simpleza poética. Es una correspondencia delicada de forma y tema, pues la melodía es un recorrido minimalista por las formas de la nostalgia. Pasatiempo, primer disco de Marta Rivera, se compone de 11 canciones y se propone hacer de cada una de ellas un viaje por distintos tiempos. Son canciones que tienen edades diferentes y que fueron construidas en momentos distintos: algunas fueron compuestas hace más de 10 años y otras fueron resultado del encierro del 2020. Así, su primer disco está compuesto por reflexiones sobre las fronteras, las migraciones, el amor, pero, sobre todo, sobre la idea de hacer música como una forma de pasar el tiempo. Recordemos que Cervantes dedicaba su obra principal al “ocioso lector”: el arte solo nace de la reflexión “improductiva” en el tiempo. Las canciones de Marta Rivera, como las historias que nos contamos en familia, están arribando lentamente para darnos algo de sosiego, para divertirnos en medio de estos difíciles o, como fábulas, para enseñarnos realidades plausibles de la experiencia humana.
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