OKRAA no puede quedarse quieto. Explorando una amplia gama de estilos electrónicos, desde Electro y Breaks, UK Garage, hasta experimentos con influencias latinas y Ambient, utilizando una variedad de sintetizadores, el colombiano Juan Carlos Torres Alonso ha venido desarrollando una trayectoria inquietante desde hace más de una década. A lo largo de su carrera, su música ha sido difundida en importantes plataformas como BBC Radio 1, BBC Music 6, KEXP, NTS Radio y Rinse FM. Además, su trabajo ha sido reconocido por medios de prensa como Resident Advisor, DJ MAG, Mixmag y VICE. OKRAA ha llevado su música a festivales como Pop-Kultur Festival (Berlín), SXSW (Austin, TX), Mutek, Festival Estéreo Picnic y ha realizado giras por países como Reino Unido, Alemania, Austria, Suecia, España, Eslovaquia, México y Colombia.
Bajo el nombre de Laudrup, OKRAA ha lanzado pistas más orientadas a la pista de baile en sellos de renombre como Lobster Theremin, Holding Hands, Superlux y Neo Violence. Este alias refleja su ambición de explorar una amplia gama de estilos sin restricciones en el futuro. Además, el productor ha sido galardonado con el premio nacional de composición 'Bogotá, Capital creativa de la música' del IDARTES y ha sido nominado como 'Mejor Artista Electrónico' en los Premios Shock. Su creatividad conceptual, fluidez en el estilo y énfasis en la interpretación en vivo se destacan en su álbum 1994, lanzado en A Strangely Isolated Place (ASIP). OKRAA es un artista complejo, un explorador que va sin mapa de ruta hacia los lugares que le confirman su intuición, por lo que las pistas que construye desde sus máquinas son siempre distintas, resultando en que sea imposible catalogar su plural estilo.
Computer Love, el descubrimiento de la electrónica y antecedentes
Antes de encontrar en la electrónica la posibilidad plena de explorar todas sus ambiciones sonoras, Torres se enamoró de la música a través de la colección de su padre. Según reveló recientemente en una entrevista en Semana, desde pequeño el productor estuvo explorando la musiteca de su padre, quien trabajaba en sellos discográficos, por lo que pudo escuchar desde Daft Punk hasta Chichi Peralta tempranamente. Sin embargo, su primer amor nació en los gritos de un sonido más extremo: el punk, el hardcore, el emo o el post rock. Por ello mismo, sus primeras agrupaciones, que se presentaron en Rock al Parque, fueron Globos de aire y Heartless. No es lo que se esperaría de un DJ que ha trabajado tan profundamente la creación de atmósferas introspectivas e hipnóticas. “Me metí como en el rollo de Radiohead y cuando llegué como a la parte electrónica de ellos, ese fue como el puente. La gateway drug”, explica el bogotano. Incluso, en Globos de aire, coqueteó con instrumentos electrónicos en la definición de su estética sonora.
“De cierta forma, sin que suene mal, sentía que ese espectro sonoro de Globos de aire ya lo había explorado y tenía ganas de decir, de probar otras cosas”, explica OKRAA sobre su primer lanzamiento con el proyecto electrónico. Vultur llegó en 2015 como carta de presentación para el artista colombiano. “La idea era hacerlo más electrónico, ya no ser una banda, sino hacer un proyecto electrónico. Si tú lo oyes, creo, todas las canciones tienen voz entonces todavía estaba muy pegado a la idea de ser compositor de canciones”, recuerda. El disco, que se refiere al cóndor patrio, se gestó de manera minuciosa y paciente, jugando libremente con los sintetizadores, tocando líneas que probaba luego con cada movimiento de perilla de sus máquinas: sintetizadores Tetra de Dave Smith Instruments, el Memory Man de Electro Harmonix, el procesador Korg Kaoss Pad Kp3 y drum machines como la 808 y la 909. Ya el músico probaba diversas formas de sintetizar y jugar con el sonido.
“Hoy en día no me siento tan compositor de canciones, sino que hago otras cosas, porque ya uno a veces quiere transmitir un mensaje desde la música y en la electrónica se puede a través del concepto, y se puede a través de los samples, pero no es de la misma forma que al escribir una canción”, reflexiona el productor y DJ, para quien la música, sin importar si circula o no en el club, siempre debe tener un sentido. “Hacer arte para mí permite conectar con la gente a través de algo. Pero la forma de hacerlo va cambiando, simplemente, no sé, de pronto uno crece y empieza a trabajar otras cosas. Para mí oír Vultur es bacano, peroo yo me siento otro artista, otra persona, pero igual es bien lindo”. Independientemente de la cercanía que pueda o no tener con su ópera prima, lo cierto es que este EP contundente y de frágil belleza inauguró un camino fértil de composiciones y experimentaciones.
Géneros, crítica y percepciones
La música de OKRAA nace de varios lugares, por lo que su inspiración es variopinta y depende también de su momento anímico, como no podría ser de otra forma, pero también de la investigación en torno a músicos que no necesariamente están asociados con el contexto más clubero de la electrónica. “De las que más me han inspirado son compositores que se salen un poquito ahí de la caja. Obviamente es un poquito cliché decir John Cage, pero también, por ejemplo, Philip Glass hace música minimalista y yo he utilizado esas técnicas también mucho para hacer canciones”, comenta Torres. “Por ejemplo, 1994 (2023) fueron ejercicios con técnicas de composición de música minimalista. Al final, si es música minimalista o no, es debatible. Yo creo que sí, el dueño del sello que lo sacó me dice que a él le parece que es otra cosa. Pero pues eso no importa: las etiquetas valen verga”.
Así las cosas, las discusiones en torno a la etiqueta que le podrían poner a sus múltiples sonidos es innecesaria. “No me gusta la idea de estar encasillado, por lo que es como medio una camisa de fuerza para la parte creativa, que para mí es lo más importante”, explica el productor, a quien las categorías y etiquetas le son indiferentes, a pesar de entender por qué se utilizan y cuál es su necesidad. “La encasillada igual la entiendo, la gente que juega ese juego, simplemente para mí no funciona. Para otra gente funciona muy bien. Hay géneros de música, sobre todo en el club, si no haces la música de cierta forma y no usas ciertos samples, si no usas ciertas formas de construir los tracks, no funciona”, añade. La música de OKRAA no nace de ese lugar, sino de una inquietud honesta sobre a dónde puede llevar su imaginación e ingenio para dar forma a cortes envolventes que tengan un efecto casi físico y siempre espiritual en quien lo escucha.
De la misma manera en la que el productor escapa de las categorías que buscan restringir las posibilidades de su artesanía sonora, OKRAA se vale de distintas herramientas para dar forma a todo aquello necesite crear. Así, Torres no sigue una forma específica para el proceso de composición, pues se siente incómodo al estar atrapado en la rutina. “La música que he sacado, de hecho últimamente, es súper diferente en cada lanzamiento: unos sencillos son ambient, otros son electro y no ha sido planeado de esa forma”, reflexiona. “Es un proceso súper libre. Yo tengo mi estudio con máquinas, NPC, unos sintetizadores. También tengo el computador y es como jugar con eso”, explica sobre los ejercicios espirituales de los que nacen sus cortes. OKRAA, en ese sentido, puede dedicarse un día entero a jugar con sus máquinas, prescindiendo del computador, o sumergirse toda la jornada en los programas con los que construye canciones desde lo digital. “Si tienes demasiadas opciones, a veces no es muy chévere. A veces es bueno probar cosas distintas para mantener la vaina interesante y que nunca se convierta en un como en un tipo como de formulilla”.
Es precisamente porque no se vale de una fórmula que la música de OKRAA no encaja en la idea de lo que se espera de un productor de electrónica. “Como que en primera instancia definitivamente le llama más la atención a un inglés, a un europeo, que uno haga cosas que exploran las vainas latinas, por ejemplo, ahorita hay un movimiento súper duro como con la mezcla del dembow y el techno”, explica. No quiere decir esto que la música de OKRAA no beba de las referencias culturales de su tierra. Para Espíritus, su EP de 2022, OKRAA bebió libremente de las músicas tradicionales de nuestro país. Los cortes tienen diversas influencias regionales que van desde el bullerengue de las comunidades afrodescendientes del país, pasando por los ritmos de la marimba de chonta hasta la experimentación con la salsa y el bunde. Combinando estas sonoridades de nuestro folclore y sonidos populares, el productor arregla sus cortes con elementos finamente seleccionados que vienen de una larga tradición electrónica que incluye electro, acid house y UK bass continuum. “Bunde niebla” fue el primer corte producido para el lanzamiento discográfico, luego de descubrir que su tío abuelo fue el creador del bunde tolimense. Adicionalmente, durante la universidad, Mario Galeano le presentó el valor de las músicas propias de nuestra geografía. Así las cosas, sus producciones llaman la atención en el territorio que ahora habita, pues se sale de las expectativas que desde Europa se tiene de los productos culturales que se esperan de los artistas latinoamericanos.
1994, el primer álbum y la traducción en la pista de baile
“Espíritus nació en la pandemia que era un momento en el que uno no estaba pensando tanto en tocar en vivo. Definitivamente creo que eso influenció ese trabajo porque es un poquito más pensado sin la angustia de pensar cómo sonaría en vivo. En otros sí se ha hecho”, reflexiona. A pesar de que nunca ha sido una pregunta constante el cómo sonará en vivo y cómo reaccionará la gente con lo que OKRAA crea en la intimidad de sus espacios, ese templo que es su estudio, lo cierto es que este proceso depuró aún más esa posibilidad. Pues, a pesar de todo, estamos condicionados a la mirada del otro y, completamente solos, nos encontramos realmente con nosotros mismos. En ese sentido, en medio de todo el caos, la enfermedad y la muerte, la pandemia nos legó una serie de aprendizajes, espirituales o creativos, que el productor tiene presente desde entonces y a la hora de hacer música.
Después de un fértil período que inició pandemia en el que el artista pudo explorar libremente su creatividad para evitar los flagelos mentales del encierro, OKRAA presentó en 2022 su disco 1994, que se complementó con 1994 (versions) al año siguiente. “El 1994 tuvo un proceso súper interesante. El original lo hice en el 2016 y como que todavía era muy nuevo el proyecto de OKRAA”, recuerda. Para entonces, Torres no había decidido de manera exacta cuál iba a ser la identidad artística de su proyecto. “Eso estuvo guardado ahí años y, durante la pandemia, me los encontré, y se los mandé a Brian, el man de Strangely Isolated Place, y le gustó mucho”, añade. Los beats que componen el disco son experimentos de ambient grabados en vivo sin ningún pretención de si los cortes verían o no la luz del día. “Siempre he sido muy entusiasta con el video de la exploración espiritual e hice un ejercicio de regresión y me llevó a ese año, a un momento particular que marcó un cambio muy importante en mi vida”.
“El Versions, del año pasado, se hizo en 2016. El año pasado en eventos que tuve las empecé a tocar, la idea era presentar el renacimiento de estos cortes tantos años después. Lo grabamos y lo sacamos”, añade el productor, para quien el éxito comercial ocupa una jerarquía inferior a la de la calidad artística. “Es súper interesante. Es una chimba porque es la idea de no comerle a huevonadas. Es el lanzamiento que más lejos ha llegado mío y yo lo tenía ahí guardado en el disco duro, sin siquiera considerar hacer nada con eso. Es confiar en esa intuición y también confiar en esa creatividad pura sin querer ser un productor de electro o un productor de House o un músico. Así es más fácil. A uno ya le vale huevo y solo procura hacer bastante bien lo que está haciendo, pues seguramente va a ser interesante para la gente. Mucho más interesante. Es honesto intentar algo nuevo a seguir alguna tendencia que está pegando”.
Sin embargo, hay una diferencia significativa cuando tratamos de traducir lo que hemos creado en el estudio para compartirlo con las demás personas. El traducir la introspección construida en la intimidad para generar una respuesta experiencial de la audiencia implica tomar una serie de decisiones estéticas particulares. “A mí me parece chévere, me parece que debe estar casi siempre o siempre en el proceso creativo. Así lo hago yo. Si está bien, está mal, no sé. Eso es súper interesante también porque hay muchas líneas ahí que te puedes trazar, todos queremos sentir que tenemos nuestro propio sonido. Probablemente vale huevo, pero todo el proceso creativo es como una lucha interna y, por eso, mantener como una volatilidad ahí. Es bacano porque en cualquier momento pasa algo interesante” y de ahí puede salir algo bacano”, explica OKRAA. “No he encontrado nunca una forma única. Realmente uno va probando y va viendo qué onda. Yo toco mis canciones en vivo, con el sampler, los sintetizadores. Puedo cambiar el orden de las cosas, pero más o menos sé qué voy a tocar. Uno podría decir ‘Yo hago lo que yo quiera y debería funcionar en cualquier lado’, pero pues no. No, porque también como decíamos ahorita, pues la idea es como conectarse con la gente y yo en el momento de ser creativo lo hago para mí, definitivamente, pero uno quiere conectar con la gente, cómo lo hace para uno y para la gente al mismo tiempo, pero pero sin pensar en que le guste a alguien más”, concluye OKRAA.
En casi diez años de carrera, OKRAA ha probado que la música electrónica es un campo fértil para la creación artística. No se trata únicamente que la gente pueda bailar a plenitud, sino también poder configurar una experiencia que le ofrezca a los espectadores la posibilidad de traspasar los límites de una retórica estigmatizada por los excesos de algunos. La electrónica es, ante todo, la posibilidad de estar en tranquilidad, de poder llevar al cuerpo a un estado casi místico de libertad y tranquilidad. OKRAA entiende la pluralidad del universo musical que habita y hace suyo. Es un artista esencial del nuevo contexto nacional y se ha labrado un camino él solo en medio de una plétora de artistas contemporáneos. Así, su trabajo no es poco. Y lo probó, de nuevo, en la edición del Estéreo Picnic que acabamos de dejar atrás. Que no pare la creatividad. Que jamás se detenga la inquietud por querer llegar más lejos. Hay que aprender las lecciones de todos los creativos. Y OKRAA ya es todo un maestro.
Comments