Desde hace unos meses hemos venido trabajando con varios portales de música independiente del continente. Nuestro interés en el establecimiento de estas alianzas es el de poder mostrar y comentar músicas nuevas de distintas regiones de Latinoamérica que, por una u otra razón, a veces no llegan a nuestro país. CaperuzoMX es un medio de difusión mexicano establecido en Guanajuato que, como nosotros, busca mostrar y amplificar la música de su país y el resto del continente en su plataforma. Le pedimos a uno de sus editores, Mane Laguna, que nos hiciera llegar música que estaba recibiendo para poder compartirla desde Colombia. Escogimos estos cinco lanzamientos mexicanos de noviembre, en aras de estrechar lazos con la escena naciente en México y para presentarles productos inquietantes y emocionantes para su radar de ruido. Cuéntennos qué opinan de este formato en los comentarios de nuestras redes sociales y recuerden difundir estas canciones entre el público de nuestra región. Quizás algún día podamos tenerlos aquí en Colombia.
Acid Fader – “Romanov”
Acid Fader es una banda de darkwave y post-punk oriunda de Monterrey integrada por Amador Monterrubio (bajo), Rodolfo Presa (sintetizadores, guitarras, voz), Kevin Armando (batería) y Raúl Álvarez (voz). Después de calentar motores con su álbum 1998 y el EP-mixtape Project Bedroom, la banda empieza a adelantar su álbum de 2021 Lesser Evil con “Romanov”, un poderoso sencillo lleno de oscuridad e influencias del synth pop que resume a la perfección lo que ha sido este año de reclusión, miedo y paranoia. Las doom guitars le dan una profundidad nocturna al corte que llega como una puñalada imprevista por un callejón oscuro. Permitiéndose el espacio para refinar y experimentar su sonido, la banda de Monterrey nos lleva entre capas de sonido, ecos y voces profundas por un viaje demencial que cataliza la experiencia del encierro con la angustia de un ave negra que busca escapar hacia la noche, pero que se encuentra atrapada en una jaula de púas que le hiere las plumas y su visión rapaz. Es melancólico y dinámico, una de las bandas que mejor ejemplifica el amor latinoamericano por la oscuridad de los sintetizadores análogos de décadas atrás.
Mengers – “Santa Fé”
Mengers es un trío de la Ciudad de México que se nutre del ruido por medio del rock en su forma más incendiaria. Formados dentro del garage rock, el punk, el stoner rock y la música psicodélica, el sonido practicado por la banda ha sido el pilar de su esencia desde su formación a finales de 2016. “Santa Fé” es el cuarto sencillo de Golly, el próximo álbum de Mengers luego de su debut en 2018, I. Mengers reflexiona en este nuevo disco sobre el sentimiento de vivir dentro de una simulación que es indistinguible de la realidad y en la que tecnología nos supera y se convierte en parte inalienable de nuestra identidad. En confinamiento aprendimos cuánto dependíamos de ella para poder comunicarnos con los nuestros, pero ¿qué sigue luego del encierro? “Santa Fé” profundiza en los polos opuestos que hay en esta simulación que vivimos día a día, una falla en el sistema que resalta las desigualdades superficiales a las que estamos acostumbrados y por las que nos vemos segados. El corte es frenético y acelerado, potente y explosivo. Como nos encanta. Muy punk.
La Shei – “Yeah”
La Shei es una artista emergente que este año llegó con una propuesta peligrosa cagada de sonoridades electro pop y una actitud contestataria y nihilista para ponernos a bailar. “Yeah” llegó al final de noviembre y tiene la fuerza visual de videoclips como los de Kreyshawn o MØ. Con visos retro ochenteros, La Shei presenta un corte cargado de excesos para recordarnos que la fiesta no se acaba a pesar de todo lo que ha pasado este año. Catalizando sonidos vieja guardia con una actitud centennial sin apologías, la cantante mexicana presenta un lustroso corte de pop con una actitud fiera que no requiere de gritos o explosiones en la mezcla para ser enérgica y emocionante. Es una divertida composición para los vampiros de la noche, criaturas nocturnas sofisticadas llenas de color y accesorios para comerse la pista de baile. Ya no hay vuelta atrás con esta artista emergente que logra presentar una propuesta propia influencia por actos como los de Sofi Tukker o Technicolor Fabrics con melodías de sintetizadores retro y momentos de visceral psicodelia.
Clan de Venus – “Contento”
Desde León, Guanajuato, conocimos a Clan de Venus con su primer LP. “Contento” es el sencillo que promociona este lanzamiento de la banda que, durante seis años, se ha mantenido activa, rompiendo todo en cuartos de ensayo precarios que le dan una crudeza a su sonido y una visceralidad auténtica a sus composiciones. “Contento” abre con una gruesa línea de bajo a la que se une una batería frenética y unas guitarras afiladas e hirientes. Aunque la base de su sonido es el post punk, las variantes más emocionales del punk de principios del milenio se cuelan en la propuesta, sobre todo en las armonías vocales, que recuerdan al neo y al hardcore. Un juego con el noise y el dream pop le da a este corte, influenciado por la pandemia, el aire de pesadilla y encierro que lo convierte en un lanzamiento poderoso, vivaz y trascendente. “Contento” es una composición explosiva de una banda que se perfila poderosamente como la favorita de los amantes del ruido. Es una bella joya de la angustia, una implacable reflexión sobre el no ser suficiente.
Disco Bahía – “Pacífico”
Nos permitimos una licencia de dos días para incluir a los fantásticos Disco Bahía, quienes llegaron con su segundo sencillo el último viernes de octubre. Esta es, sin duda, una de nuestras bandas favoritas del nuevo México alternativo. Con un groove sofisticado y unos vientos de lounge, Disco Bahía logra crear una sensibilidad andrógina perfecta para construir melodías sofisticadas y hermosas. “Pacífico” fue el último adelanto antes de la presentación a finales de noviembre de su EP debut, Bonyur y sirve como antesala visual para entrar en el rico universo de un trío coqueto y sopesado que se ha encargado de revitalizar el lado más sensual de la música de los setenta para contarnos historias íntimas y emotivas con una voz delicada y hermosa. No nos cansamos de recomendar a este proyecto leonés con la esperanza plausible de que algún día rieguen toda su elegancia sobre los escenarios colombianos. Es una propuesta que brilla con fuerza propia y uno de los mejores actos que emergieron en el país hermano en 2020. Por favor, no dejen de escucharlos. Son fantásticos.
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