No es extraño que el primer sencillo que publicara la banda bogotana BALTHVS llevase por nombre “Breathin’”: la música de este trío invita a la relajación, a la calma mental y a la cabal apreciación del mundo que nos rodea. Desde 2020 la banda ha estado presentando canciones de sonido híbrido que lo mismo transita por el funk, el surf y la psicodelia, como por la influencia de las guitarras españolas a la manera de Santana y largos paisajes instrumentales inspirados por la legendaria banda regentada por Jerry García. BALTHVS empezó a publicar temas durante el encierro y se ha venido consolidando como una importante propuesta en la capital, pues su estética sorprende en la medida en que toma lo mejor de un universo de referentes para traducirlo dentro de nuestro contexto local con una singularidad propia. Sobre ondulantes bases instrumentales, el trío capitalino nos sumerge en un universo armónico en el que podemos descubrir al mundo y redescubrirnos dentro de él. Es una experiencia delicada que apela a la profundidad del ser, que ha dejado de escuchar saturado por la sociedad de los estímulos y las recompensas de dopamina inmediatas tras el “me gusta”. Este año BATHVS presentó su segunda producción discográfica, Cause & Effect, viajó a Austin para hacer parte del SXSW y, a partir de esa experiencia, pudo girar por el sur de los Estados Unidos. Preparándose para su próxima presentación en Rock al Parque, hablamos con Balthazar Aguirre sobre la música de los setenta, la necesidad de relajarnos y el universo estético en el que se inscribe su singular propuesta.
Comencemos hablando de cómo surge BALTHVS y cómo llegan a proponer un sonido tan radicalmente único en el contexto bogotano.
Creo que el mundo digital nos pone en la mano una casi infinita cantidad de música y, además, accesible de forma gratuita. Es así como hemos podido escuchar y descubrir cosas como el Afrobeat, el Dub, la Psicodelia Turca, el Krautrock, el Trip-Hop, el Rare Groove, música de biblioteca y música étnica de muchos lugares del globo. Es muy chévere hacer todo esto desde la comodidad de nuestro estudio, acá en Bogotá.
BALTHVS es probablemente una de las agrupaciones más fructíferas del rock capitalino reciente, ¿cómo equilibran el ejercicio de composición con el de las necesidades del mercado?
Creo que el balance queda entre lo que le gusta escuchar a uno y pensar en qué contexto la gente va a escuchar la música. Me encanta la música que me permite fluir con el momento, por ejemplo, tomarse un vino, estudiar, descansar y conversar, que no se interponga demasiado. La música instrumental brilla en este sentido y creo que por eso mucha gente disfruta de nuestro sonido.
Siento que la música del proyecto tiene una cualidad espiritual tangible en cada una de las composiciones. Es como si la música pudiera sanar heridas muy profundas, de esta vida o de anteriores. ¿Cómo entienden la música desde esta orilla de la esencia humana?
Creo que caería en lo pretencioso autodenominar nuestra música como ‘espiritual’, pero claro que la música no escapa de la forma en que el artista ve el mundo. Siento que hoy en día tenemos que lidiar con muchas presiones. Y, al estar tan conectados con el mundo, también cargamos con todo lo que está pasando afuera… Para mí es solo compartir canciones que ayuden a relajar un poco y que, ojalá, bajen ese nivel de ansiedad y de rabia colectiva que uno ve. La idea es que estemos un poco más chill, más tranquilos.
Hay una propuesta estética influenciada por finales de la década de los sesenta y la década de los setenta, que creo fue un momento clave para la música, antes de que ciertas sustancias entraran en la ecuación. ¿Por qué este interés retro?
El arquetipo del rockstar entra en lo mítico. Para mí, ver a estos guitarristas cuando el Rock estaba en su era dorada era algo de venerar como adolescente. Creo que al ver a Santana en Woodstock quedé bastante seducido por la idea y por el poder que tiene la música, Grateful Dead y su improvisación también me hicieron perseguir esto como profesión. A pesar de que me gusta mucha música electrónica y algo de Rap, un DJ o un MC nunca me generan esta misma sensación.
¡No hay nada como SXSW! Son unos 5 km cuadrados en los que solo se ve y se escucha música en vivo en cada esquina. Desde las 11 am hasta la madrugada se ven bandas tocando en vivo, desde auditorios y tarimas grandes hasta pequeños bares de esquina. Esta última edición reunió más de 2500 artistas, es algo difícil de imaginar.
También estuvieron muy activos por el sur de los Estados Unidos y ya los están reclamando de vuelta. Quisiera saber por qué sienten que conectaron precisamente con esta región del gran vecino del norte, tan rica en su identidad musical propia.
Gracias a SXSW se abrió la oportunidad de volver en octubre y pudimos girar por el llamado Midsouth (Las Carolinas, Tennessee, Kentucky, Georgia). Un Festival de Jam Bands y Bluegrass llamado The Moonshiner’s Ball querían tenernos para la edición de este año y, a raíz de esto, pudimos organizar la gira. Fue algo intenso a ratos, pero nos encantó estar de gira en un país que respira música en vivo.
Recientemente han empezado a explorar elementos más cercanos a la cultura colombiana, como la cumbia. ¿Creen que una banda necesita sonar a lo que se espera que suene por ser parte de una geografía específica?
En nuestras presentaciones siempre hemos tenido algo de cumbia, pues somos fans fuertes de la chicha, esa variante peruana de la cumbia que está electrificada y tiene fuertes influencias de los sesenta psicodélicos de occidente. Ya de tocarla tanto en vivo pensamos que valía la pena intentar componer algo en ese estilo.
Siento en la propuesta de BALTHVS algo del principio de correspondencia del hermetismo: como es arriba es abajo; como es adentro es afuera. Hay un interés en encontrar la belleza en el cosmos, pero también en la célula ínfima de una semilla de girasol. Como individuos, ¿cuál creen que es su responsabilidad más inmediata para con el entorno que los rodea?
Como dicen por ahí, el que entiende entendió... El ethos de esto yace en no opinar ni hablar mucho, más bien enfocarse en el trabajo interno y en cómo se manifiesta externamente.
•To Know, To Dare, To Will, To Keep Silent •
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