Cada nuevo lanzamiento de Atrato es una oportunidad para conocer la complejidad de un sonido que no para de evolucionar. El dúo conformado por Federico Tisnés (caleño) y Javier Velásquez (barranquillero) de batería y bajo nació en 2017 y ha venido explorando una variedad de ritmos desde entonces en el que la base tropical de su sonido se entreteje con el rock y el punk, siempre respetando la identidad del Caribe colombiano. Su universo lírico está cimentado sobre la exploración de lo cotidiano, buscando que estas experiencias del día a día presenten su propia visión del mundo, a la manera de la tradición del folclor nacional. En 2018 la banda publicó su primer EP, Alta concordia, y desde entonces no ha parado de moverse en el circuito nacional con un show poderoso y elocuente, que cada vez más define una identidad propia en la que se pueden entrever sus referentes, pero que resulta en un producto único. “3AM” es su cuart sencillo de 2020, al que antecede “Casa de turistas”, “Curandera” y “La niña blanca”.
Cerrando mayo, Atrato estrenó “3AM”, un terrorífico retrato de Bogotá en su momento más oscuro, la hora en que seguir pateando calle se convierte en una invitación para el peligro. El sencillo hace parte de Fragmentos de una especie secundaria, segundo EP de la banda que llegará en junio. “3AM” está construida sobre una base de percusión de champeta, mientras que el bajo de Velásquez se muestra distorsionado para crear un riff grueso y peligroso que hace eco del ritmo frenético del relato. Retratando una mala pasada del destino en la hora maldita en que la noche aún no ha acabado, pero el día aún no empieza, los Atrato muestran su lado más explosivo e imponente, creando una melodía sobresaliente con un mínimo de ingredientes, convirtiendo su proyecto en una suerte de cocina de autor en el que el picante es la base de sus platos.
Atrato ha logrado integrar de manera elocuente dos universos sonoros en las antípodas musicales. La tropicalidad en la base de percusión y en la entrega vocal de Velásquez concatena con bajos desafiantes y primitivos que igual y crean una línea melódica poderosa para vacilarse el pogo con desparpajo. El proyecto ha crecido de manera inquietante en sus pocos años de trayectoria, convirtiéndolos en una de las propuestas más novedosas y prometedoras de la música creada en la capital. Cada vez se alejan más de los referentes de su primera producción y empiezan a dar forma a una identidad propia que sobresale con una inteligencia compositiva para crear melodías pegadizas y dicientes. Atrato ha aprendido a narrarse desde la ciudad y es sobresaliente en la creación de cortes precisos y contundentes.
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