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Por Ignacio Mayorga Alzate

Kokodrilo muerde herido con “La puya”, nuestra canción de la semana


En 2016 una bestia acuática emergió de las profundidades capitalinas para tomarse la ciudad a ritmo de salsa, dub, funk y mucha sabrosura. Liderado por Sebastián Carrizosa, la música de Kokodrilo llegó pisando fuerte con una mezcla enérgica de trompetas y percusión, un recorrido extremo por el lado más punkero de la movida tropical. Kokodrilo, encabezado por Sebastián Carrizosa, guitarrista de La BOA, cuenta con una alineación de lujo entre sus filas. A Carrizosa lo acompañan Enrique Melgarejo y Andrés “Bongie” Giraldo de Latencia y Muchacho Berraco en los teclados y la batería, Camilo Soriano en la percusión, Andrés Mira en el bajo y Mauricio Byfield, complejo cóctel de texturas vocales de La Sabrosura Dura, como pregonero de sus alocadas composiciones.

En 2017 la banda presentó su debut discográfico, KoKodrilo, que fue grabado en su mayoría por canciones registradas en bloque en los estudios Mambo Negro y con siete temas inéditos en los que convergían la maestría que cada una de las partes sumaba a este a este bestial proyecto. Dentro de este microcosmos rítmico confluían ritmos que atraviesan el sonido latino de Cuba y Nueva York hasta las viscerales peripecias del punk y la psicodelia londinense de la década de los setenta. Con una puesta en escena abrumadora, las presentaciones de KoKodrilo son augurio de buena fiesta, de baile, sudor, sensualidad y demencia, lo que les ha permitido hacerse un nombre propio en el under tropical capitalino.

Este año la banda ha venido adelantando su próximo EP, Cuando se vaya la luz, y en mayo conocimos “Borojó”, bailable primer sencillo de esta nueva etapa. Ahora, la banda regresa con un remake de “La puya”, canción que cerraba su Kokodrilo de 2017 y que encuentra al extenso tema de aquella época en una versión más corta y aún más contundente que retrata las decepciones amorosas de un personaje capitalino que, en voz de Byfield, se nos plantea delirante y heroico, herido, aunque victorioso. “La puya” abre con una percusión galopante y a lo lejos, como flotando en otra galaxia, una trompeta errática que sirve para construir una atmósfera sideral sobre la que el bajo de Andrés Mira construye un motivo poderoso y groovero. Conforme el tema avanza, la trompeta va cobrando protagonismo antes de que la voz de Byfield empiece su adolorida enumeración de amantes. Mientras tanto, Carrizosa y Melgarejo construyen un contrapunteo psicodélico que se concatena con el relato alicorado de nuestro protagonista.

“La puya” es uno de los momentos sonoros más interesantes que ha abordado a la fecha Kokodrilo, y vaya que son varios. Es una canción que transita por una serie de momentos exacerbados a través de interesantes puentes melódicos. No es esta vez la voz de Byfield, siempre a punto, la que guía el discurrir del corte, sino que los músicos suenan cada vez más parte de un proyecto redondo, mostrando cada uno las virtudes de su técnica de manera sofisticada y elegante, sin abandonar la estética alocada que los ha caracterizado desde siempre. Este es el mejor Kokodrilo a la fecha. “La puya” es una declaración sobre todo lo que puede lograr que bebe de la fuente tropical para crear una nueva sonoridad, una evidencia de que estamos frente a un grupo excelente de artistas que apenas y están empezando a estremecernos y que seguramente seguirán llenando el piso de las salas de concierto con su mágico embrujo de sincretismos y nuevas vanguardias. Lléguenle a “La puya” y dejen para otro día las lágrimas de cocodrilo.



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