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Por Redacción 120dB Bogotá

Prepárense mortales para la Caldera del Diablo


Llegó diciembre con su alegría, sus recorridos en chiva para ver el iluminado navideño, tamal, buñuelos, comerciales de poca creatividad para prevenir el uso de la pólvora y la discusión eterna sobre cuál es el coro de “Dulce Jesús mío”. Oficialmente las celebraciones decembrinas no empiezan con la primera canción de Alfredo Gutiérrez o el tío que perdió un dedo por lanzar un volador borracho sino con la pacífica celebración del Día de las velitas, una de las más icónicas reuniones familiares que nace como parte del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, figura central del culto católico en la geografía colombiana. El 7 de diciembre las familias se reúnen para prender farolitos de papel que compran en los semáforos, encender velas fluorescentes (que compran en los semáforos) y dar gracias por las bendiciones recibidas y pedir asistencia divina para aquellos aspectos de la vida cotidiana que podrían mejorar en un futuro.

Todo eso es muy bonito, pero, en últimas, muy aburrido. Por eso, y sin ánimo de herir susceptibilidades, los invitamos a un banquete demoníaco en el que podrán dar rienda suelta a sus instintos más profanos, perder la decencia en un bacanal que logra que los aquelarres histéricos medievales se parezcan a un juego de bingo de pensionadas y beber hasta que el estómago se reviente de licores ardientes. Se trata de la primera reunión de “La caldera del Diablo”, un festival independiente que tres de los actos más extremos de nuestra escena han creado para quienes todavía añoramos nuestro octubre y nos indignamos porque los Jumbo fueron prematuramente decorados con el rostro bonachón de un abuelo obeso y una fauna polar que, si realmente habitara nuestras geografías, dejaría tras de sí una serie de cadáveres peludos sofocados por este clima tropical que no es de Dios.

Aunando esfuerzos estarán presentándose desde las nueve de la noche en el Casino Hollywood de Bluevar Niza tres actos que han aprendido a conocer esta ciudad desde sus apestosas vísceras, que han creado un retrato realista de una metrópoli jamás inmortalizada en Instagram, que, como las mejores películas de terror, han creado ficciones que nos enseñan lo peor de nosotros mismos. Dos veteranas y una aclamada debutante harán las delicias de un cóctel infernal a celebrarse en un templo del vicio y el despilfarro. Abriendo la noche llegan los jóvenes de Aguas Ardientes, una mezcla atrevida de punk, folk, blues y rock and roll que sorprendió con el estreno de Guarever, su álbum debut, un hito en las nuevas músicas capitalinas que se están tomando en serio la tarea de entender las complejas dinámicas de nuestra convulsa capital. Estará también en esta celebración sombría Salidos de la Cripta, un conjunto icónico que lleva más de diez años al psychobilly y las músicas con influencia del sur de los Estados Unidos, una sarcástica risotada en frente de los valores de la goda idiosincrasia nacional. Por último, llega Triple X, una muestra de punk de primera que se ha convertido en un ícono bogotano desde hace veinte años a fuerza de exigirle a un país que despierte de su ceguera colectiva, que un ex presidente con ínfulas de emperador es el verdadero demonio detrás de todos nuestros males. Prenda una velita negra para avivar la caldera del infierno. Nos vemos este 7 de diciembre.


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