Encontrarme con Pilar Cabrera es una de las sorpresas más cálidas que me legó este año que está ad-portas de cerrar. Si bien es cierto que la cantautora bogotana lleva ya un buen tiempo en la escena local, no fue sino hasta 2018 que en 120dB Bogotá tuvimos consciencia de fuerza interpretativa, de la fina factura de cada una de sus canciones y el minucioso universo simbólico que ha venido construyendo a manera audiovisual desde que presentó el clip de “Pasos”, sencillo que da nombre al primer EP de la artista y que ahora, con la presentación de “Habrá”, está por fin finalizado. Cabrera tiene un timbre de voz con sello propio, con carácter, pero dulce en el momento requerido, con una poderosa inteligencia lírica que ha aprendido desde la economía poética a construir conmovedoras historias de amor, desamor, fortaleza y cariño propio. Desde el primer momento en que empezó a dar forma a su proyecto solista Cabrera ha venido construyendo una narrativa visual que ayuda a profundizar el mensaje de sus canciones, a la vez que nos invita a conocer de manera cabal su sensibilidad estética, un rico tapiz de símbolos en el que su hija Julieta Uribe se ha convertido en parte fundamental de esta saga que, después de “Pasos”, continúo en 2017 con “Contratiempo” y luego con “Mírame” en julio de este año. Ahora, con el lanzamiento de “Habrá”, la cantautora ha dado forma a un producto redondo, complejo y profundamente humano.
“El videoclip de “Habrá” cierra narrativamente lo que serían los anteriores tres videos. En “Habrá”, obviamente buscando la participación del público, buscamos terminar esta historia”, explica Miguel Silva, el director del video. “En el videoclip anterior, “Mírame” Julieta (que es una versión de Pilar joven) recibe un papel de Rocco, el monstruo de “Contratiempo”. En este video empezamos mostrando que ese papel que recibe es un mapa y se a seguirlo, en busca de seguir las instrucciones de su amigo Rocco. Ella alista sus cosas y se va y lleva su nivel de valentía a un extremo: decide salir sola, se enfrenta a la naturaleza, se roba una lancha para cruzar un lago”, cuenta el realizador audiovisual. “Mientras tanto, vemos que Pilar Cabrera adulta está volando y el avión tiene un accidente y se estrella. Esto empata con el final del primer video, “Pasos”. La niña, siguiendo su mapa, encuentra a su versión adulta que es la persona que le va a entregar toda su fuerza y toda la voluntad que Pilar Cabrera joven va a necesitar cuando crezca para enfrentarse a los problemas. Y, al mismo tiempo, Pilar Cabrera grande va a encontrar a su versión niña que le va a dar la fuerza y le va a recordar de dónde viene. Este videoclip es un reencuentro entre Pilar Cabrera y Pilar Cabrera. El personaje de la niña siempre ha sido Pilar Cabrera pequeña y lo que buscábamos en este videoclip era mostrar ese encuentro con el niño pequeño, lleno de motivaciones y de sueños que va a llegar a rescatarte cuando fallen tus alas, cuando caigas, así como tú también le vas a entregar a ese niño que fuiste todas las herramientas para que siga adelante”.
En este sentido, el avión en el que se embarcar Cabrera hacia el final de “Pasos” en busca de la superación de sus miedos, esa metáfora del empoderamiento, se presenta también como una herramienta falible, como una máquina condicionada a las azarosas circunstancias. Si Cabrera cae del cielo luego de rozar las nubes con su plateado corcel mecánico, lo hace también para reencontrarse con esa persona que fue, esa niña valiente que como yelmo se ataviaba una gorra de aviadora, esa fuente imposible de imaginación que desafiaba los monstruos de lo desconocido con una espada de juguete. Simbólicamente la presencia de Julieta, su hija, le da una fuerza narrativa a la saga, pero, a nivel personal, también representa la visión de una madre que ve en el fruto de su carne las posibilidades infinitas de un mundo que se abre cada día con un nuevo misterio. Es un regalo el que Cabrera le está ofrendando a su compañera más fiel y, más allá de lo enternecedor que pudiera resultar, es una reflexión profundamente humana sobre ese amor inmenso que es el amor de una madre, un amor puro e incorrupto, de vitalidad insospechada. Pero, al mismo tiempo, es un reconocimiento de cómo su hija la ha hecho crecer como mujer, como artista, como ser humano.
Escrita en compañía de Daniela Cabrera y bajo la producción del ganador del Grammy Latino Néstor Cifuentes, “Habrá” se grabó en Locus Espacio Creativo en Bogotá y se masterizó con Caja Morada. El nuevo sencillo de Cabrera llega con un sonido más acústico, regresa a su esencia y a las melodías con las que la conocieron sus seguidores. Sin embargo, la fuerza del acompañamiento de vientos le da un toque renovado y fresco. “Habrá” es una canción introspectiva, para hablarse a sí mismo, para buscar la fuerza necesaria y reencontrarse con la esperanza. El videoclip, que cuenta con la dirección artística de la propia música, se grabó en varias locaciones, algunas de las cuales ya habían hecho parte de la historia visual que se ha venido construyendo desde hace cuatro videos. Hubo varios retos de producción, problemas climáticos que el equipo de producción supo resolver de manera eficaz todos estos contratiempos para lograr un contenido potente y emocionante. Shambo Films y Pilar Cabrera son un equipo ganador. El resultado habla por sí solo.